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Las Leyes de la Estupidez Humana

 


    Acerca del tipo de personas que habitan el planeta Tierra, sus comportamientos y de las leyes que los rigen. 

 Primera ley:

"Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo"

 Segunda ley:

"La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona"

Tercera ley:

"Todos los seres humanos están incluidos en una de estas cuatro categorías fundamentales: los incautos, los inteligentes, los malvados y los estúpidos"

 Cuarta ley:

"Las personas no estúpidas subestiman el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error"

 Quinta ley:

"La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe". 

 

Los comportamientos que rigen a unos y otros

- Los incautos: se perjudican a sí mismos y benefician a los demás

- Los inteligentes: se benefician a sí mismos y benefician a los demás

- Los malvados: se benefician a sí mismos y perjudican a los demás

- Los estúpidos: se perjudican a sí mismos y perjudican a los demás

 

    La estupidez, es una prerrogativa de todos y de cualquier grupo humano, y tal prorrogativa está distribuida uniformemente según una proporción que es constante. Este es un hecho científico que está expresado en la segunda ley fundamental:

“La probabilidad que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona”

    En un estudio hecho a cuerpos de docentes, tanto de universidades grandes y pequeñas como de institutos famosos o desconocidos, se encontró que la misma fracción de profesores estaba conformada por estúpidos. Fue tal la sorpresa ante los resultados obtenidos que se resolvió extender las investigaciones a un grupo especialmente seleccionado, a una auténtica “élite”, a los galardonados con el premio Nobel. El resultado confirmó los poderes supremos de la Naturaleza: la misma proporción entre los galardonados con el Nobel estaba constituida por estúpidos.

 Uno puede hacerse la ilusión que tiene controlado a un estúpido, y hasta cierto punto puede que sea capaz de conseguirlo. Pero, debido a su comportamiento errático, no se pueden prever todas sus acciones y reacciones, y más pronto que tarde uno podría encontrarse en  medio de una riesgosa encrucijada debido a sus imprevisibles actos.

    Los miembros estúpidos de una sociedad se vuelven más activos debido a la actuación permisiva de los demás y, por lo tanto, se produce una expansión de la estupidez en la población. Esta hipótesis se ve abundantemente confirmada por un exhaustivo análisis de casos históricos.

    Tanto si consideramos la época clásica como la medieval, la moderna o contemporánea, nos impresiona el hecho que todo país en ascenso igualmente tiene su inevitable porcentaje proporcional de personas estúpidas. Sin embargo, un país en ascenso tiene también un porcentaje insólitamente alto de individuos inteligentes que procuran tener controlada a la fracción proporcional de estúpidos, y que, al mismo tiempo, producen para ellos mismos y para los otros miembros de la comunidad ganancias suficientes como para que el progreso sea un hecho.

    "En un país en decadencia, el número proporcional de estúpidos sigue siendo el mismo. Sin embargo, en el resto de la población se observa, sobre todo en los individuos que están en el poder, una alarmante proliferación de malvados con un elevado porcentaje de estupidez".

    Al mismo tiempo, y entre los que no están en el poder, se manifiesta igualmente un alarmante crecimiento del número de incautos.

    "Tal cambio en la composición de la población de los no estúpidos, refuerza inevitablemente el poder destructivo de esa fracción de los estúpidos que, finalmente, conducen a un país a la ruina".




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